domingo, 4 de noviembre de 2012

¡ Pues sí !






Un día cualquiera, ocho menos cuarto de la mañana. Un viajero agitado se aproxima a la ventanilla, cuenta que el barco ha llegado tarde y, pese a que cogió un taxi, perdió el autobus que le debería llevar a Granada. No hay solución, ante estos casos la empresa determina que se deberá pagar otro billete. Él apunta que no es su culpa, que fue el barco el que llegó tarde y, ante la propuesta a que efectúe la correspondiente queja a la compañía naviera, responde que no "tiene ganas de volver al puerto". 

Ofuscado, masculla algo entre dientes durante algunos minutos. Busca alguna solución en mis palabras. La única es la indicada. Su reacción, solicitar una hoja de reclamaciones, a nosotros, claro.

Han pasado veinte minutos, se vuelve a acercar a la taquilla y solicita un billete para Málaga. " ¿ A qué hora llega ?, ¿ cuándo salen de Málaga a Granada ?, ¿ hay directos ? ". Se marcha, pero adivino junto la ventana la hoja de reclamación que me pidió. La recojo y se me viene a la cabeza una frase recurrente: " ...estas cosas solo retratan a quien las hace ".

Pues va a ser que sí.

Un saludo portillero.

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