Escasa de fondos, la alcaldesa dijo el jueves que la medida sólo se podría adoptar tras un incumplimiento del convenio, y que no es el caso. Hasta ahora no han constituido motivo de resolución los autobuses sin aire acondicionado en pleno verano o los vehículos que se estropean por falta de mantenimiento, por no hablar de la escasa limpieza y de otras lindezas que han permitido sembrar entre los sufridos usuarios la reputación que Portillo merece. Al parecer, dejar tiradas a miles de personas, muchas de ellas turistas, en pleno agosto por una huelga que la empresa no ha sido capaz de evitar tampoco viola acuerdo alguno con el Ayuntamiento.
ANTECEDENTES
Una trayectoria que asusta
Si se hace un poco de memoria acerca de la trayectoria de Portillo en la ciudad podemos encontrarnos con algunos datos inquietantes que no siempre gusta recordar, pero que sirven para tener la fotografía completa de la situación. La adjudicación del convenio aún vigente entre Portillo y el Ayuntamiento fue firmada durante la era GIL, cuando el concejal de Tráfico era el delincuente presunto Victoriano Rodríguez, imputado en el 'caso Malaya' por, entre otros motivos, intentar cobrar un soborno...de responsables de la empresa Portillo, alguno de cuyos directivos también está procesado por esa acción abortada por la policía. El sumario del 'caso Malaya' incluye la grabación de jugosas conversaciones telefónicas entre el ex concejal y directivos de la empresa que explican por sí solas cómo se negociaban las concesiones en la época anterior.
Seguramente varios de los damnificados por la falta de servicio que se ha sufrido en estos días deben haber pensado, con razón, que si no alcanza con las lamentables condiciones del servicio, intentar pagar un soborno debería ser motivo suficiente para dar por resuelto un convenio. Pero el Ayuntamiento se comporta como si estuviera en un callejón al que no le encuentra salida. Para quitarse a Portillo de encima necesita un dinero que no tiene. Y no tiene el dinero porque se lo robaron quienes fueron sorprendidos negociando sobornos. Ellos ya no están, pero la empresa a la que le adjudicaron el servicio sigue aquí. Y se la sufre todos los días.
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Un saludo portillero.