lunes, 2 de agosto de 2010

Menores en los autobuses, ¿ lo sabías ?


Desde hace algún tiempo ha surgido cierta controversia con un tema que siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano. Los compañeros conductores de determinadas líneas ha observado como algunos padres trataban de embarcar a sus hijos menores dejándolos "al cuidado" del conductor. Eso, que hace algunos años era una práctica que se mantenía gracias al trato casi amistoso con algunos clientes, ha pasado a transformarse en una exigencia que en determinadas ocasiones rozaba la obligación.

Con el paso de los meses y ante el contínuo encuentro con estas situaciones, los conductores han rechazado hacerse cargo de los menores y se han negado a permitir el acceso a los autobuses a los que no fueran acompañados o que no dispusieran de la consiguiente autorización de sus padres o tutores. En relación a ese tema nuestra empresa posee en su página web en la sección dedicada a las Condiciones generales para la contratación de servicios la siguiente advertencia enlo referente a los menores... De acuerdo con lo establecido en el Real Decreto 956/2006, de 1 de Septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de Circulación, con independencia de su edad la Empresa Operadora debe asignar al menor una plaza en el transporte.
Queda prohibido que los menores viajen sin compañía de un adulto, a menos que los padres, o en su caso el tutor, expida una autorización al menor para poder viajar solo.

La empresa no aporta en qué términos se debe de hacer esa autorización, pero sí advierte de su obigatoriedad. De esa manera los compañeros afectados están en su derecho en exigir la autorización ( que otras empresas sí aportan en sus oficinas ) así como en no facilitar el acceso a sus vehículos a todo menor que no la presente. Lo que sí sería aconsejable es que la empresa hiciera un poco más publicidad del asunto para una correcta prestación de los servicios.

Un saludo portillero.

1 comentario:

alguien dijo...

Como no lo imprimáis en un A3, y se lo colguéis en la frente a cada niño que suba al autobús (y aún y así, tengo dudas de que los padres lo lleguen a leer), a poder ser con celo, nada de grapas o chinchetas, tampoco se trata de torturar a las criaturas, solo de informar.

Las personas por norma, no leemos, nadie se para a leer nada. Somos más "causa-efecto", es decir, primero actuamos y si no sale bien, entonces nos lo cuestionamos (ojo, pero nunca tenemos la culpa de nada, siempre somos las víctimas).

Típico ejemplo de alguien que compra un billete de tren a través del típico TPV que hay en las estaciones. El "susodicho" primero echa el dinero, posteriormente se ofusca porque no consigue sacar al billete (normalmente usan el método de la fuerza bruta, es decir, le pico a todas las opciones, y a ver que sale) y como consecuencia del mal uso de la máquina, ésta se traga la pela (usea sé, su dinero).

Y tras ese "inesperado robo a mano armada de la máquina hacía su persona" nuestro amigo se llega a cuestionar algo así - ¿Cómo se atreve la máquina a tragarse su dinerito?- . Obsérvese, que no se cuestiona -¿Qué habrá echo mal? - (sería lo lógico, pero como hemos dicho antes, nunca tenemos la culpa, somos siempre VICTIMAS).

Así que tras el ofusqueo, esta criatura y sus dos pares de neurona deducen ellos solitos que la mejor solución es buscar un trabajador de renfe y reclamarle el estropicio de la máquina.

Así que acto y seguido se va en busca y captura de su víctima, solo tiene que encontrarlo y montarle un pollo (aunque esto depende también de la ecuación del "timado"). Y ahí tenemos ese pobre y desafortunado trabajador (mal día para él) que le ha tocado lidiar con ese toro. Y ya conocéis el resto.

Conclusión: da igual lo que pongáis siempre pasará desapercibido. La gente solo se entera de lo que quiere enterarse, de lo demás, simplemente se interesa cuando es tarde, y nunca antes.

Y ahora, echando una mano y defendiendo a los usuarios (los pocos que solemos leer), sería bueno por parte de la empresa que cuando decida informar o avisar, no pusiese el cartelito en A4 (folios) y con un tamaño de fuente de 10, escondido entre la treintena de avisos en su mayoría obsoletos. No por nada, sino por que cuesta localizarlos, es divertido jugar al escondite, pero más divertido es encontrarlo a simple golpe de vista, ya que sino nadie puede distinguir entre un cartel nuevo que acaban de poner hace 2 horas de otro que lleva 2 meses ahí tranquilito.

Ya sé que el color del folio se deteriora con el paso del tiempo, pero carajo, tampoco hace falta dejarlo ahí colgado hasta que acabe nuestra meteorología con ellos.

Ala, ahí os dejo mi reflexión cierta o no sobre el tema, o ida de olla, como lo queráis llamar.

Saludetes!