
Si un jefe se equivoca sus adjuntos se sonreirán, como cuando el bebé da su primer eructito..." ¡ qué mono !, lo mirarán con cara de orgullo y él, cómplice de sus sonrisas, sonreirá también, consciente de su descenso al mundo real, " véis. Soy como vosotros ".
Si un jefe se equivoca, todos harán un corrillo junto a él, quitándole hierro al asunto, como admitiendo que van a ser ellos, los de siempre, los que soporten los palos que vendrán. Arquearán sus espaldas, alzarán sus hombros y esperarán pacientemente el primer leñazo.
Si un jefe se equivoca, cerrará la libreta, pondrá el lápiz recién afilado sobre su tapa, la arrojará con desprecio sobre ese montón de papeles inútiles y pensará que las cuentas están equivocadas, que Pitágoras no tenía de pajolera idea de llevar una empresa y que esos euros que faltan ya aparecerán... y cuando aparezcan..." cojeré al pobre de turno,( porque será un pobre, claro, los jefes no se llevan nada ) y lo expondré al escarnio colectivo , ¡ qué gustazo ! ."
Si un jefe se equivoca, siempre dirá: "¿ tú no habrás tocado... ?. Porque nada se rompe por la desidia, el desinterés y el desconocimiento. Siempre hay un inútil que hace lo que no debiera, intentando estropear el fantástico día que amaneció para el jefe." El Sol, inmenso, se puso de mi parte y ahora viene este desgraciado a joderme el día."
Después de todo, si un jefe se equivoca, y son las cinco de la tarde, pronto caerá la noche.
Un saludo portillero.