La Encarna

Seis añitos cumplió el pasado mes de Junio, todavía una chiquilla y ya ha pasado por todo tipo de vicisitudes. Larguirucha y achacosa, La Encarna disfruta mirando de reojo a algunos recién llegados equipados con los más modernos adelantos mientras que ella luce con desparpajo las lucecitas de su cuadro que indican, de vez en cuando, los síntomas ineludibles de su vejez.

Tiene el honor de ser el único vehículo de la empresa que ha sido bautizado con un nombre mientras que el resto luce con resignación su típico número de serie. La Encarna, del "Portillero" Scania, que pese a ser como habéis imaginado un autobús, masculino y singular, tiene nombre de mujer, posee la nada despreciable cantidad de un millón y medio de kilómetros, lo equivalente a más de cuatro viajes a la luna, y todo hace pensar que todavía le queda mucha carretera que pisar y muchos viajeros que transportar ya que sigue en primera línea, batallando y bregando con entereza jornada tras jornada.

Son muchos los que desean su jubilación pero ella, tan luchadora como se podría suponer viniendo de una Portillera, se resiste y ni siquiera consiente quedar de retén a la espera de servicio. Viendo lo visto, morirá con las botas puestas, como debe ser, mientras tanto disfrutaremos de su buena labor. Que viva usted muchos años, señora.

Un saludo portillero.