¿Pero no somos trabajadores ?

Me contaban hace unos días algunas historias portilleras dignas de ser escritas. Me contaban que, merced a la habilidad y a la oportunidad de alguno de nuestros jefes, Portillo dispone de unos ingresos extras que han venido de perlas en estos días en los que todo son quejas sobre "lo mala que está la cosa" y lo poco que se trabaja. Decían que estos ingresos llegan como lo hacen los cruceros que atracan el el muelle malagueño... despacito y con precisión.

También me contaban que todo ello ha llegado como consecuencia de algo que se veía venir: si hay crisis, todos estamos en crisis, los turistas están en crisis, pues démosles a los turistas un servicio más barato y, como decía aquel, aprovechemos la crisis para paliar nuestra crisis o, en definitiva, que en momentos de crisis hay que aprovechar todas las oportunidades que ésta nos brinda. Y, claro, como había algunos que se estaban poniendo las botas, que aprovechaban la afluencia de viajeros al puerto para hacer su agosto en diciembre, enero, febrero... pues se han incomodado con los que han montado la alternativa a su gran chollo "cruceril".

Ya comentábamos las quejas de los taxistas, los actores secundarios de esta historia, sobre este servicio alternativo, pero no llegamos a comprender el malestar de éstos con los compañeros que desempeñan sus funciones en los autobuses del puerto. Trabajadores los unos y los otros, han llegado a vivir momentos de tensión por las quejas más o menos airadas de los profesionales del taxi a la incursión de nuestra empresa en la zona que, hasta hace algunos meses, era de uso casi exclusivo de ellos. Desde aquí podemos comprender su malestar, pero en absoluto comprendemos sus menosprecios y provocaciones, máxime cuando se dirigen a trabajadores que a lo único que se dedican es a cumplir con sus obligaciones, ni más ni menos. Pero claro, siempre es más sencillo atacar al más débil.

Mis ánimos a todos los que se enfrentaron, se enfrentan y se enfrentarán a éstas situaciones.

Un saludo portillero.