Desde que decidí dejar paso sólo a los comentarios de los usuarios registrados no he dejado de escuchar un día sí y otro también alguna queja, crítica u opinión al respecto. Se me pone en entredicho que el anonimato es síntoma de libertad y que acabar con los comentarios de los compañeros que no quieren que se les reconozca supone una pérdida de libertad (¿?). De ese modo, en un correo a nuestra página se me apuntaba: "...porque al quitar (en tu beneficio y lo entiendo, por las amenazas (¿?) de la empresa) los comentarios anónimos, los compañeros no pueden explayarse, los comentarios han sido descalificativos para algunos, que no por ello no se los merecían, esperemos recuperar la libertad que nos daba el anonimato."
En relación a ello, ayer comentaba con un compañero que mi misión, si se la pudiera llamar así, no es la de ser portavoz de un colectivo, nada más lejos de mis intenciones, sino que es la de ser el altavoz de opiniones y de hechos que suceden en nuestro día a día portillero. De ese modo, siempre se sabe quién emite la opinión y yo me limito a trasladarla, que cada uno sea responsable de sus palabras y así se podrá entablar un debate directo sobre lo que interese, pero con interlocutores reales, de carne y hueso.
Nuestros más directos portavoces son nuestros representantes sindicales, interlocutores cercanos a la empresa, o al menos así debiera de ser, y personas con argumentos para denunciar si fuere necesario cualquier hecho relevante y perjudicial a nuestros intereses. De ellos y de su posición debemos de aprovecharnos, ¿ o es que lo que sucede es que no creemos en ellos ?.
Un saludo portillero.
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