miércoles, 4 de agosto de 2010

Hay cosas que el dinero no puede comprar...


...para todo lo demás...¿ la Empresa?

Desde tiempos de la caballería, para no dar tregua al enemigo u oportunidad al siervo, se orinaba sentado en el caballo, con mucha dignidad y responsabilidad; en Portillo, muchas veces nos hemos visto obligados a seguir esta noble tradición de tan ilustres antepasados (la mingitoria, que nadie se confunda) enjugando suavemente el paso de rueda con nuestra micción, gracias a la inestimable ayuda de la falta de infraestructuras para nuestro uso personal siempre normalmente compartida con los usuarios y claro, sujetas a mayor número de problemas ...


Algunos dirán: Siempre está el bar, o el supermercado, o el hotel, o el restaurante, o el cine, o el teatro.... pero obvian: las horas de cierre, la falta de tiempo, la dificultad de abandonar el autobús, el mosqueo del usuario, la reprobación y/o ironías del responsable de turno, el disgusto de dueño ... o simplemente alguien que quiera “tocar la vejiga” ...


Por un problema u otro, tarde o temprano nos vemos abocados a la tradición caballeresca, pero en el siglo XXI se ha perdido el romanticismo y no se comprende este compromiso con los antepasados confundiéndola con la falta de higiene, de civismo... y de alguna otra cosa peor …

Seguramente cada uno podrá aportar alguna anécdota en los comentarios del tipo como:

“¡ Si Franco levantara la cabeza...! ” y la respuesta simple del necesitado: “¡ Que venga a sujetármela …!”. La sonrisa cómplice de la usuaria minutos más tardes de la situación embarazosa: ”Se donde trabaaaajaaaas.... y que número caaaalzaaaas ….. ” en fin, que cada uno aporte su granito de arena.


Uno de los mayores exponentes de todo esto a lo que nos referimos es la subestación de Muelle de Heredia. Allí se ha tenido muchas vicisitudes con el tema de las necesidades fisiológicas, se mitigaron con el uso de urinarios públicos de pago que la gente se abstenía de usar por encontrar abusivo pagar, disminuyendo el número de averías por uso, pero tanto que dejó de llevarse el mantenimiento por parte de la empresa. El urinario nada tenía que envidiar al ambiente de la nave Nostromo, oscuridad, claustrofobia, mecanismos deteriorados, malos efluvios, pequeños seres que corrían raudos al entrar la luz tratando de esconderse con más o menos acierto; todos esperábamos que el 8 pasajero fuera lo suficientemente púdico para sólo emplear la boca como vía de parasitación. A tanto llegaba, que “La cosa” servía para fotos de algún rubicundo extranjero con sonrisa de oreja a oreja: “Spain country of contrasts”, la Alcazaba, el castillo de Gibralfaro, la Manca, el Museo Picasso y el urinario del Nostromo ...


¿ Nadie que nos salvará de la angustia, de la nausea, de la inmundicia, de la vergüenza...?

Pues no fueron ni autoridad ni mucho menos empresa, finalmente fue la buena voluntad de los compañeros consiguiéndose que se quedara allí de rebote uno de estos urinarios portátiles en funcionamiento tras alguna Semana Santa cuidándose como oro en paño.

Como siempre tuvo que ser el empeño de los compañeros lo que precipitó una solución a un problema que para la empresa no era ni mucho menos prioritaria, para aquellas fechas les preocupaba más el traslado de los oficinas a una superestructura adecuada y confortable. Vinieron las obras de la subestación y por supuesto desapareció el urinario portátil y nuevamente tuvo que ser el ahínco de lo portilleritos de a pie con el encargado de la obra para la devolución del urinario.


El penúltimo capitulo de este culebrón ha sido el uso del novísimo urinario todo en amarillo (Tateeee, tateeee …) pero que sólo posee una llave de seguridad lo cual restringe el uso al horario de la taquilla. Para solucionarlo se le dotó de un sistema de tarjetas de apertura y ,atención, las tarjetas se enviaron a la taquilla del Muelle de Heredia. ¿Por que no a los despachos, cabeza y corazón ( es un decir ) de nuestra querida empresa y si a la insignificante taquilla del Muelle ?... ¿ por error ?... no, porque fueron las gestiones y contactos de otro portillerito de a pie quienes posibilitaron la mayor afluencia de tarjetas distribuyéndose con la mejor voluntad. La empresa siguió en su limbo dorado hasta que llegó a sus oídos el tema ordenando el reenvío “in situ” al búnker para su gestión y distribución. Llama la atención el desapego a los aprietos de los empleados y sin embargo, la “sensibilidad organizativa” de nuestra empresa.


A todos nos gustaría una mayor diligencia y rapidez en la solución de estos pequeños grandes problemas que nos atañen directamente por parte de la empresa (como indica la ley ), no siendo el afán, contactos, habilidades y buena voluntad de los portilleros los que tengan que hacer frente a ellos.


Algunos empezamos a tener la sospecha de que el tesón por la seguridad, las restricciones, el secretismo, el perito de infraestructuras, la superestructura ... no esconde sino la construcción en el interior de un Arca para sobrevivir al Diluvio que dicen tiene que sobrevenir prontamente. No olviden un buen botellero pues acusan al vino como motivo de la repoblación del planeta.


Saludos musicales a los portilleros del Muelle Heredia:

http://www.youtube.com/watch?v=lGwp_s8BKlA&feature=related

Y también saludos vídeo/musicales a todos, de gente que lleva mucho tiempo habitando en un búnker:

http://www.youtube.com/watch?v=kkIltbSTxp4&feature=related


Un saludo portillero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas cosas que tiene la vida, mirar que he encontrado en facebook:

http://www.facebook.com/group.php?gid=132298906796743&ref=search#!/group.php?gid=132298906796743&v=wall&ref=search

Recopilatorios de usuarios, anécdotas en los transportes de portillo.

No lo he creado yo XD!

Saludos.

Anónimo dijo...

NO HACIA FALTA SER TAN EXTENSO,SOLO HUBIESE SIDO SUFICIENTE UNA TAPITA DE HUMOR:

¿En qué se parece un perro a un camionero?

Respuesta, en que los dos se mean en la rueda.....