sábado, 22 de septiembre de 2012

Anécdotas portilleras

El turno de tarde comienza, ya está todo listo y en orden, nuestro compañero se dispone a descender del autobús y a iniciar el embarque de viajeros con la correspondiente revisión de billetes. 

Hoy no parece que pueda  ser un día distinto al resto, caras distintas, personas distintas, pero no muy lejos de la rutina diaria. " ¿ A qué hora llegaremos a Algeciras ? ", " ¿ es directo ? ", " ¿ dónde pongo la maleta para Estepona ? ". Son miles de preguntas al cabo del año con sus miles de respuestas. De pronto, una cara simpática y agraciada interrumpe la rutina. Una hermosa muchacha sonrisa en ristre da las buenas tardes, siendo correpondida con un piropo cortés y comedido. La muchacha acepta el elogio y asciende por la escalerilla al interior del bus.

Media hora más tarde todo va de maravilla, tráfico fluído y escasas incidencias. En la radio comienzan las noticias cuando el conductor adivina que un viajero se aproxima por el pasillo, cuando va a llamarle la atención observa que es ella, le dice algo al oído y le alarga un papelillo sutilmente doblado. Prudentemente, él lo pone sobre la bandeja de la ventanilla junto con su bolígrafo, las hojas de ruta... " ahora lo veré", se dice.  

LLega a Estepona, tras la el descenso de algunos viajeros, baja la escalera y lee curiosamente la nota "... llámame ".

Un saludo portillero.

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