domingo, 1 de junio de 2014

Agresiones físicas y despido

En estos tiempos de gran depresión económica, de reestructuraciones y despidos por doquier, la figura del director de recursos humanos ha cobrado protagonismo en nuestra Empresa,  ¿ qué ha hecho que su función cambien por completo ?. Este departamento, que debería de desarrollar a personas, lo único que hace es despedir a la gente,  y en nuestra empresa el c0lectivo a abatir es el de los agentes únicos. Así se refleja en las decisiones que se toman a la hora de valorar las faltas graves sobrevenidas como consecuencia de un mal trato a la persona que cumple con sus obligaciones en su puesto de trabajo. Es el malo de la película, el trabajador que no sabe sobrellevar la situación, no el usuario que falta al respeto, no, todo lo contrario, la culpa es del agente único que no supo controlarse ante el improperio, el insulto de dos (o más)  energúmenos y son los trabajadores los que tienen que resistir, como un dique, todo lo que  se les venga encima.

La Empresa tendría que plantearse, para cuando ocurren estos casos, tener una clase de premio para estos usuarios. Podría regalárseles un paquete de tabaco y un tarro de colonia, o quizás mejor, un pase para que viaje gratis durante algunos días. Serían los clientes perfectos: alteran al conductor hasta sacarle de quicio y  aprovechan  para tener la excusa y el argumento perfecto para despedirlo.

Hace unos días ha sido despedido un compañero (agente único) por, según imágenes de la cámara de seguridad del bus, coger de la chepa a uno de los dos jóvenes que le insultaban. Prenderlo de la ropa, nada más. No hay parte de lesiones de un golpe por parte de los viajeros y, solo basándose en una hoja de reclamación y en la versión de los dos viajantes, la Empresa decide poner a un trabajador en la calle.

Se ha apreciado la existencia de algún tipo de provocación por parte de los usuarios. Entendiéndose porque ésto es lo que ha sucedido en este caso, donde se ha comprobado  la situación y contexto en el que el actor se encontraba en ese momento , con insultos y mal comportamiento al trabajador junto a la presión psicológica que genera el servicio  que realizaba en el momento de los hechos.

El despido, además de causa de extinción del contrato, constituye la máxima sanción que cabe imponer al trabajador. Por ello se requiere que su conducta presente una gravedad incuestionable. Hay una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en la que se considera que agredir físicamente no es motivo suficiente para un despido. A priori, esta decisión, por tanto, parece escandalosa. Las agresiones físicas son difícilmente tolerables, más aún en un entorno cerrado como es nuestra empresa, donde es imprescindible observar unas reglas mínimas de convivencia que permitan el desarrollo de la actividad.

 " El hombre es un lobo para el hombre", esta afirmación, tiene más de 2.200 años, pero fue popularizada en el siglo XVII por el filósofo inglés Thomas Hobbes, para quien "el egoísmo es el mayor depredador del ser humano" pues lleva a las personas que están en el poder a explotar y oprimir a sus congéneres logrando así sus propios fines egoístas.

Por mucho que la sociedad haya evolucionado desde entonces, hay ciertos aspectos que se ha maquillado pero que, en el fondo, siguen sin cambiar. En la gran mayoría de empresas los seres humanos todavía se conciben como meros recursos que son utilizados como instrumentos para obtener cada año un incremento en la cuenta final de resultados. De ahí que se utilice el nombre de " Director de Recursos Humanos" , que demuestra la infinita capacidad de las empresas para complicar cosas que en realidad son muy obvias, perdiendo por completo el sentido común tan necesario para alcanzar la excelencia en la gestión de las organizaciones. Esta figura profesional está bastante pervertida, pues se limita a controlar a los empleados, ejecutando labores técnicas y burocráticas, como el pago de las nóminas o la organización de las vacaciones, sin embargo, su función debería ser estratégica, convirtiéndose en el catalizador de la energía, las ideas, la pasión y el entusiarmo de las personas, fomentado así una mejora contínua de todos los procesos de la empresa.

El director de personal tiene la misión de alinear el bienestar de los trabajadores con el afán de lucro de la empresa. De ahí la importancia de ser un profesional comprometido con su propio desarrollo personal, que le permita gestionar los numerosos frentes que suele tener abiertos con una actitud flexible y proactiva. Y no solo eso, la psicología y la filosofía son dos áreas de conocimiento necesarias para desempeñar adecuadamente esta posición directiva. Más que nada porque su responsabilidad profesional está encaminada a que la organización no pierda de vista dos preguntas fundamentales : ¿ Para qué y para quién hacemos todo esto ?. En este sentido, este profesional tiene que estar muy cerca de la dirección general, con la que definir conjuntamente la estrategia, y es que sin la complicidad de la cúpula directiva se convierte en una simple marioneta.

Luis Zorrilla Martinez
Presidente del Comité de Empresa
CTSA-Portillo

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