Mudanzas Portillo

Hay personas con cualidades destacables, con habilidades que ocasionan beneficios y satisfacciones a todos y cada uno de los que les rodean. Con una capacidad de entrega y de organización en la que no queda nada al azar, todo está controlado y cualquier imperfección y defecto supone la aparición de un nuevo reto para hacer las cosas cada vez mejor.

Los nuevos tiempos de Portillo comenzaron ya hace algunos meses. Estuvimos años esperando ver llegar algún grupo de trabajo que cambiara la cara a nuestra envejecida empresa, alimentando nuestras tertulias con ideas que harían que todo fuera cada vez mejor y moderno, creando un proyecto avanzado y que supusiera un aire fresco para auyentar ese olor a podrido que empezaba a acompañarnos frecuentemente.

Los cambios que se están produciendo ya formaban parte de esos deseos desesperados por mejorar, por la idea preconcebida de tener una empresa mejor, por las ansias de entrar, por ejemplo, en un garaje y encontrar algo que nos hiciera afrontar el inicio del día sin que nos aparecera esa sensación de decepción, de encontrarnos siempre lo mismo, lo mismo y lo mismo.


Pero esa virtud que tienen unos, otros no la tienen. Más bien todo lo contrario. En una situación que cualquiera aprovecharía para sacar pecho y, poniéndose de puntillas, decir. " mirad lo que hemos hecho", aquí todo son prisas, improvisaciones, chapuzas y parches. Imagináos, por unos instantes, cualquier otra empresa con casi 500 trabajadores que afrontara un traslado de la categoría del que vivimos en estos días. Yo me imagino una presentación en sociedad, presencia de empresarios, alcaldes, periodistas y hasta el sacerdote del pueblo bendiciendo las instalaciones. Aquí nada de eso. Y cuando uno no enseña y comparte algo de lo que debería de estar orgulloso... por algo será.

Un saludo portillero.