¿Ir o no ir?, esa es la cuestión

El tintineo de los vasos aún resuenan entre las paredes de las nuevas naves de nuestra empresa. Lamentablemente, no se ha convertido en un recuerdo agradable sino más bien todo lo contrario. Quizás por despiste o por una intencionalidad manifiesta, los invitados fueron limitadísimos y , al parecer, selectísimos. Los motivos de esa selección los desconocemos, los del olvido -si lo hubo- también, pero el eco, los rumores y la actuación nuevamente decepcionante de los organizadores parece que ha anulado la pizca de celebración y de festividad del evento.

Nuestros representantes, y me gustaría destacar esa calificación, se encontraban en una nueva y decepcionante reunión paritaria y, a la salida, encontraron el despliegue que acompaña a esta entrada y que nuevamente debemos agradecer a uno de nuestros infiltrados. Mientras se desplegaba el ágape ellos se incorporaron a la recepción y esa actitud ha provocado opiniones contrapuestas junto con airadas críticas. Y en ese momento me gustaría centrarme, ¿ hicieron bien incorporándose a una celebración sólo y exclusivamente para una -privilegiada- minoría ?, ¿ deberían haber rechazado la invitación solidarizándose con el resto de los no-invitados ?.

En mi opinión sí, sí hicieron bien quedándose allí, pero me gustaría incorporar algunos peros. Los compañeros sindicalistas son , ante todo, nuestros representantes y, como tales, deben comportarse en todo momento. Pienso que cualquier actividad pública debe de estar condicionada por ese carácter inseparable y ellos deben de pensar en esos momento en los que los eligieron para que los representaran. No es de recibo la celebración para una minoría mientras hay una gran parte de compañeros seriamente afectados por el traslado. No es de recibo que se pida sacrificio, interés, dedicación mientras que otros se dedican a cerrar sus puertas, aislar sus despachos e impedir el diálogo. No es de recibo que después de todo lo pasado, lo negociado y lo poco conseguido, se acabe resumiendo en un par de copitas como si nada hubiera pasado.

Sí, los compañeros debieron de ir, sin duda , pero ello no debe de evitar seguir reclamando la defensa de nuestros derechos, seguir siendo beligerantes ante una serie de actitudes unilaterales, seguir demostrando a todos los que los votamos que no se han olvidado de nosotros o que, al menos, no lo parezca así y pienso que se desperdició una oportunidad extraordinaria.

Finalmente es curioso observar que después de manifestar que "se van a hacer las cosas de manera distinta" la empresa se comporte de esa manera. ¿ Nos lo creemos ?, pues nuestros compañeros parece que sí lo hicieron.

Un saludo portillero.